Permite evaluar, a partir de ejercicios prácticos de simulación, la conducta actual de la persona y su comportamiento esperado.
Los ejercicios utilizados se diseñan para resaltar las competencias específicas que se requieren en la función sobre la cual está siendo evaluado el candidato.
Los ejercicios utilizados son similares a su ambiente real de trabajo, a diferencia de los test psicológicos que generalmente tienen una orientación clínica.
El reporte final es más objetivo al ser elaborado en consenso de los evaluadores, a diferencia de lo tradicional que es a criterio de una sola persona.